La comarcalización en Castilla, una posibilidad.

En la versión virtual del Heraldo de Soria, con fecha del 6 de enero, se recoge un interesante artículo a propósito del fuerte sentimiento provincialista de ese territorio, así como, de la viabilidad de la comarcalización como ayuda para agilizar la vida ciudadana.

A continuación recojo un fragmento del mismo artículo:

Algunos proponen con toda claridad, incluso en una
comunidad tan dispersa y provincialista como Castilla y León, la desaparición de
las diputaciones, con la justificación de que son órganos absolutamente
caciquiles. Sus representantes no son elegidos democráticamente y son
aprovechados para distribución de fondos públicos, dependiendo del partido
mayoritario de turno. La alternativa, en este caso, es la comarcalización,
modelo de vertebración territorial, que, en principio, no supondría más
burocratización, con lo que se defiende una comarca organizada económica,
social, administrativa y políticamente, que no implique triplicar la burocracia.
Plantean que funciones de las diputaciones y atribuciones de la Junta pasen a
gestionarse por las comarcas, como organismos territoriales y administrativos
más cercanos. En Castilla y León, esto es un horizonte lejano y, en todo caso,
sólo el hecho de definir geográficamente las comarcas sería ya una labor de
titanes. En definitiva, estaríamos hablando de ordenación del territorio.

Reflexionando sobre este tema uno puede concluir que, hoy por hoy, hay cuestiones para las cuales los municipios por sí solos no pueden dar respuesta, y en varias ocasiones, las diputaciones tampoco las atienden debidamente.

Por lo tanto esta solución intermedia, la comarcalización, podría dar respuesta a las necesidades de unos ayuntamientos que conjuntamente administrarían ciertas competencias para desarrollar políticas más cercanas a su ámbito diario.

Una de las principales dificultades planteadas en la comarcalización vendría de la mano de respetar o no los límites actuales de las provincias, ya que de no respetarse surgirían ciertos problemas de gestión con las diputaciones. Tal vez la solución más plausible, sería desarrollar límites comarcales que respondieran a áreas funcionales con márgenes dentro de los límites provinciales.

Por otro lado, la articulación del gobierno comarcal resultaría del trasladado previo de competencias en manos de las diputaciones y las juntas regionales.
La elección de sus gobiernos podría resolverse, o bien por elección directa, los ciudadanos eligen directamente a sus representantes comarcales; o bien por elección indirecta, son los ayuntamientos los encargados de votar a los representantes comarcales.

El resultado de cualquier manera sería desarrollar una política de ámbito más localizado que favoreciera a la ciudadanía.

En otros territorios estatales, como en Aragón, hace unos años que se ha apostado por su desarrollo, sin embargo en nuestro caso se presentan más dificultades ya que el actual territorio castellano, como es obvio, se encuentra dividido a su vez en múltiples Comunidades Autónomas. La comarcalización es pues, para Castilla, algo complicado hoy día pero no por ello imposible.

Al margen de estas cuestiones, iniciativas como la creación de mancomunidades intentan hoy día sacar adelante esas políticas supramunicipales tan necesarias en nuestros pueblos.

Junta de Castilla y León (1985): Estudio y propuesta de comarcalización de Castilla y León. Informe-Propuesta.


-----------------------------
Información extraída de;
"Articulación regional y comarcas en Castilla y León: las directrices de ordenación del territorio"